Pues bien. A muchos nos pasa que conocemos a una persona y después de un par de citas empezamos a verla con otros ojos, como de que quiere la cosa pero aun no se atreve a decirle porque anda acomplejados, tenemos pánico, somos tímidos o muy pendejos, el caso es que cada uno va a haciéndose unos imaginarios en la cabeza de cómo seria la vida si esa persona estuviera a nuestro lado, (debo reconocerlo, es el mejor plan de desparche que hay) y es justo ahí donde creemos que nos estamos enamorando de esa persona y que nuestro mundo no seria el mismo sin ella o el. Pero la cuestión aquí es que esos sentimientos tan arraigados son producto de caprichos, juego de hormonas, sentimientos estancados, traumas y demás cosa que nos nubla la mente y nos hace creer que hay un verdadero amor pasando ahí (vuelvo y aclaro, puede que no sean todos los casos), porque como sabiamente un amigo me dijo, "el poder amar a una persona, lleva mucho tiempo y dedicación, no es algo que sale a la ligera", y es verdad, para uno poder amar a una persona, debe hacerlo con sus cualidades y defectos, teniendo un respeto mutuo y un nivel de confianza alto y eso es algo que no se construye en 45 segundos, ¿o si?
En fin, esta cosa de los sentimientos es tan compleja que ponerme a hablar de ellos me llevaría toda una vida por lo complejo que es; pueda que tenga razón, como pueda que no, porque nadie sabe en verdad cuando esta enamorado de una persona, cuando se esta enamorado verdaderamente (valga la redundancia). Creo que el mejor consejo que les puedo dar, si es que tengo la autoridad moral para hacerlo en este momento ya que estoy pasando por ese dilema existencial, es que no se compliquen la existencia pensando en este tema, si les llega el amor de su vida o el polvo de su vida, pues dejen que llegue, no salgan a buscar lo que no se le ha perdido, porque lo que encuentren puede que no les vaya a gustar.
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