sábado, 15 de marzo de 2014

Los gustos y las relaciones

Por: El Osorio y La Quintero  

¿No les pasa que conocen a alguien con quien parece que se entienden en todo?

Empieza con un saludo casual, normalmente se presenta cuando entras a un entorno donde tienes que ver a esa persona con frecuencia (estudiando, trabajando o en el barrio), entonces es más fácil conocerse, ese primer acercamiento.

Si se conocen de la U, lo primero que los asociaría sería la carrera que estudian y lo que los llevo a estudiarla. En el trabajo es esto mismo, por qué están ejerciendo ese empleo. Además de lo más obvio, pueden relacionarse por cosas como la literatura, el gusto cinematográfico, las creencias políticas o religiosas y…lo que más nos hace simpáticos o apáticos en mi país: el fútbol. Toda la conversación va bien hasta que ¡BAM! Surge siempre un tema que, queramos o no, abre una brecha entre nosotros y empiezas a ver a esa persona con otros ojos. Claro todo depende el manejo que le demos. Un buen ejemplo son los gustos musicales, sin importar en que época hayan nacido, siempre un genero, artista o ritmo en particular llenarán sus oídos de regocijo y harán que sus cuerpos vayan al ritmo sin darse cuenta.

Particularmente comparto un blog con una persona que tiene ideas vagas de quien Andrés Calamaro, creo que una solo persona que vive en una caverna podría ignorar su existencia, no puedo imaginarme a persona alguna de esta generación que no haya gritado en la “mini-tk” del cole saltando con los clásicos del rock en español. Si señores, esa misma mini-tk en la que nos encerrábamos en el salón, con las ventanas tapiadas con bolsas de basura, repartiendo picada de todorico con maíz pira y escuchando música en una de esas grabadoras, algunos ya con el conocimiento del cd-mp3.

Y aunque yo pretendo escuchar todo tipo de música (se me escapan algunos géneros) y ser bastante tolerante, a pesar que mi predilección sea enteramente el rock, sé muy bien que para él yo también debo ser una completa ignorante en cuanto a la música que él trata, y es entonces donde me imagino el gran fiasco que debe ser tratar de buscar un lugar donde ir a escuchar música y tomarnos algo, terminaríamos escuchando rancheras y tomando tequila en alguna casa al final (cosa que no suena tan mal).


El caso aquí señores es que, lean bien, JAMAS van a encontrar una persona que comparta absolutamente todos sus gustos, siempre va a haber un tema que puede que genere discordia y en ciertos casos burlas hacia el otro. Sin embargo, eso es lo divertido de una relación, aprender a tolerar las cosas del otro, y entender que a pesar de lo ridículo que  nos parezca, cada quien tiene unos gustos mas bizarros que otros y si pretendemos ser seres sociables, como nos lo enseñaron en el colegio, hay que callar y respetar al otro, porque, ¡ojo! El de los gustos bizarros puede que sea usted.

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