Por: El Osorio
Siempre
cargadas con un toque diferente innovador y avergonzador, donde nos
encontramos con los mismos de siempre o, en mi caso, conocemos familiares
nuevos (y los que faltan por conocer). En
este caso me centraré en los cumpleaños.
Estas fiestas cargadas de alegría,
euforia y en algunos casos nostalgia son la mejor excusa para reunir a toda la familia y más si el homenajeado ya está entrado en años. En toda
reunión familiar siempre he detallado ciertas particularidades que hacen el común
denominador, por ejemplo jamás debe faltar el preferido, sea el sobrino, hijo,
primo, nieto, etc. Este personaje es la adoración de toda la familia, razón por
la cual es invitado a todas las reuniones familiares
habidas y por haber, claro, a él no le molesta para nada la idea ya que su
filosofía de vida es: “la familia es
primero”, además porque generalmente es el más rumbero, recochero y entrador.
Este personaje es el que siempre resulta ser el maestro de ceremonias y una
especie de chaperón no autorizado, ya que es quien presenta a los familiares que no se han visto
en años o no se conocen(o pretenden no hacerlo).
Otro elemento común es la comida:
un asado, un ajiaco, un arroz con pollo o una lechona, que combina o remplaza a
las anteriores, siempre van a estar presentes en toda celebración, además que
ya parece que fuesen de obligatoria elección para todos, porque digamos la
verdad, todos nosotros preferimos un
buen plato de lechona o una buena porción de carne asada a cualquier platillo
elaborado con excelente presentación.
Ahora, ya entrados en la rumba,
donde el trago no puede faltar, vemos como nuestros familiares van cambiando de
cara y de forma de comportarse hasta llegar al punto de hacernos sentir pena ajena por
tanta “excentricidad” que realizan (siempre va a haber el payaso, morboso, mamon
y buena gente que nos hace sonrojar y voltear la cara). Un caso particular es
aquel que a la hora de bailar y posar para la foto siempre tiene que
demostrar su estado de ebriedad con la(s) Botella(s) en la mano, además siendo el
primero en formar pelea por absolutamente todo y ser el que “caiga muerto” en
la silla por excederse con la bebida. Ya en la pista de baile que puede ser la
sala de estar de la casa, todos nosotros sacamos nuestros mejores talentos
moviendo el esqueleto sin importar el género, claro está, no falta el tronco
que no sabe bailar ni una y es motivo de burla y montadera del resto, así que
les aconsejo que analicen en medio de sus borreacheras si se la han montado en
las fiestas porque puede que usted sea ese tronco. Ademas de del que se baila hasta la caída del tenedor, quien generalmente se roba el show con sus pasos coordinados y practicados, porque se me hace casi que imposible que una persona de manera "natural" tenga tanto tumbao bailando.
Ya para terminar la rumbita e
irnos para nuestras casas ocurre uno de los actos más tradicionales de toda
fiesta colombiana y es, aparte de dar las gracias por todo, y hago énfasis en
todo, es la llevada de la parte al que no fue (por pereza de encontrarse con
todo lo anterior) porque un corazón de madre, tía o abuela no resiste el hecho
de que el que se quedó en casa no pueda tener alguito de la fiesta, y en general este personaje, astuto en mi opinión,
la pasa más bueno que todos los de los
fiesta y para colmo de males resulta premiado.
Señores, todos tenemos particularidades en nuestras familias y más cuando toda está reunida, pero ¿qué
serian de nuestros bellos y vergonzosos recuerdos sin ellos? Porque el ser de una
familia de ambiente y recochera es parte de nuestra idiosincrasia y nuestra
personalidad, ademas los mejores recuerdos de infancia, adolescencia y madurez son con ellos, estos recuerdos que a pesar que de dientes para afuera decimos no queremos repetir, muy en el fondo esperamos una rumbita igual o mej.. peor que las pasadas.
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