¿No les pasa que
conocen a alguien con quien parece que se entienden en todo?
Empieza con un
saludo casual, normalmente se presenta cuando entras a un entorno donde tienes
que ver a esa persona con frecuencia (estudiando, trabajando o en el barrio), entonces
es más fácil conocerse, ese primer acercamiento.
Si se conocen de la
U, lo primero que los asociaría sería la carrera que estudian y lo que los
llevo a estudiarla. En el trabajo es esto mismo, por qué están ejerciendo ese
empleo. Además de lo más obvio, pueden relacionarse por cosas como la
literatura, el gusto cinematográfico, las creencias políticas o religiosas y…lo
que más nos hace simpáticos o apáticos en mi país: el fútbol. Toda la
conversación va bien hasta que ¡BAM! Surge siempre un tema que, queramos o no,
abre una brecha entre nosotros y empiezas a ver a esa persona con otros ojos.
Claro todo depende el manejo que le demos. Un buen ejemplo son
los gustos musicales, sin importar en que época hayan nacido, siempre un
genero, artista o ritmo en particular llenarán sus oídos de regocijo y harán que
sus cuerpos vayan al ritmo sin darse cuenta.
Particularmente comparto
un blog con una persona que tiene ideas vagas de quien Andrés Calamaro, creo
que una solo persona que vive en una caverna podría ignorar su existencia, no puedo
imaginarme a persona alguna de esta generación que no haya gritado en la
“mini-tk” del cole saltando con los clásicos del rock en español. Si señores,
esa misma mini-tk en la que nos encerrábamos en el salón, con las ventanas
tapiadas con bolsas de basura, repartiendo picada de todorico con maíz pira y
escuchando música en una de esas grabadoras, algunos ya con el conocimiento del
cd-mp3.
Y aunque yo
pretendo escuchar todo tipo de música (se me escapan algunos géneros) y ser
bastante tolerante, a pesar que mi predilección sea enteramente el rock, sé muy bien
que para él yo también debo ser una completa ignorante en cuanto a la música que
él trata, y es entonces donde me imagino el gran fiasco que debe ser tratar
de buscar un lugar donde ir a escuchar música y tomarnos algo, terminaríamos
escuchando rancheras y tomando tequila en alguna casa al final (cosa que no
suena tan mal).
El caso aquí señores
es que, lean bien, JAMAS van a encontrar una persona que comparta absolutamente
todos sus gustos, siempre va a haber un tema que puede que genere discordia y
en ciertos casos burlas hacia el otro. Sin embargo, eso es lo divertido de una relación, aprender a tolerar las cosas del otro, y entender que a pesar de lo ridículo que nos parezca, cada quien tiene unos gustos mas
bizarros que otros y si pretendemos ser seres sociables, como nos lo enseñaron
en el colegio, hay que callar y respetar al otro, porque, ¡ojo! El de los gustos
bizarros puede que sea usted.
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